Barcelona
Sal de mar, nardo y limón florecido
Cada mañana las floristas de las Ramblas componen ramos hechos de flores de almendro y cerezo, de lavanda y peonía, de nardo y lila. Barcelona exhala una fragancia a cítricos maduros, a frutas negras como la breva y el higo, a encina de Montjuïc y a pinar del Tibidabo. Del Gòtic al Horta-Guinardó, los parques de la capital cuidan la buganvilla y el galán de noche. Barcelona es una síntesis modernista de almizcle, mitad Mediterráneo mitad tierras de interior, fragantes, balsámicas. La sal de la mar la endurece y el limón florecido del interior la endulza. En mitad de ambas fragancias, la ciudad se acicala con una flor olvidada en las Ramblas.
El perfume de las ciudades
Tintablanca viaja a las ciudades más bellas del mundo persiguiendo sus aromas. Y los destila en sus velas perfumadas, elaboradas por una de las mejores cererías españolas. Este es un viaje a los perfumes de las capitales que amamos y a las que volveríamos con solo prender la mecha de nuestra pasión por ellas. Nuestras velas están elaboradas de modo artesanal con las mejores ceras vegetales.
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