¿Eres turista o viajero? El primero solo fotografía, el segundo conoce el alma del lugar. Descubre cómo transformar tu viaje en una experiencia responsable, minimizando el impacto y maximizando el beneficio local. Es hora de viajar con conciencia.
¿Qué diferencia a un turista de un viajero? El escritor norteamericano Paul Bowles lo tenía claro: el primero tiene fecha de regreso, el segundo no. En realidad, cuando Bowles escribió El cielo protector el concepto del viajero era muy distinto a lo que es hoy. Hoy un viajero es aquel que busca conocer el alma del sitio elegido; el turista, en cambio, se conforma con fotografiar todo sin comprender nada. El primero asume el turismo responsable; el segundo, sigue disparando fotografías con su teléfono móvil.
El turismo responsable no es una renuncia al placer, sino una nueva sensibilidad. Se define como la capacidad de explorar un destino minimizando el impacto negativo en el entorno y maximizando el beneficio para la comunidad local y su cultura. Dicho de otro modo, el turismo responsable es una invitación a viajar de forma más profunda y auténtica.
El turismo sostenible, pilar fundamental de lo que hemos dado en llamar de modo más general, el turismo responsable, descansa sobre tres grandes pilares. Comprenderlos, asumirlo y seguirlos es fundamental para abrazar el modo más lúcido y comprometido de viajar hasta nuestro lugar elegido.
Es un compromiso por cuidar la naturaleza. Implica acciones como reducir nuestra huella de carbono, minimizar los residuos que generamos y proteger los ecosistemas que visitamos. Y todo empieza por buscar los modos más responsables de trasladarnos hasta nuestro destino y garantizar que nuestra estancia allí tenga el menor desgaste ecológico posible.
Viajar es enfrentarse a culturas en ocasiones ajenas a nuestra memoria. Cuando buscamos lugares que no forman parte de nuestro modo de pensar el respeto que debemos mostrar hacia ese lugar ha de ser aún mayor. Es necesario respetar las tradiciones locales, aprender su historia y proteger el patrimonio inmaterial, las esencias que hacen cada destino único.
Gastamos en nuestros viajes, pero lo verdaderamente responsable es asegurarnos de que nuestro dinero revierte en el beneficio de las comunidades locales y no en las marcas multinacionales que tienen presencia real en cualquier sitio del planeta. Es necesario apoyar a los pequeños negocios, artesanos y productores locales en lugar de destinar todo nuestro presupuesto a grandes cadenas internacionales.

¿Es difícil y complejo asumir el turismo responsable? En absoluto. Está en nuestra mano asumir pequeños gestos que contribuyen a generar viajes comprometidos. He aquí algunas ideas que has de tener en cuenta en el momento de planificar tu viaje y una vez en tu destino.

Tote bag de Tintablanca: Plaza Mayor Madrid
Desde su origen, Tintablanca se empeñó en convertirse en el mejor aliado del viajero, no del turista. Cada uno de sus volúmenes es un perfecto manual de turismo responsable porque asume el alma de las ciudades, los paisajes, las regiones que narra e ilustra. Una Tintablanca es el mejor salvoconducto para conocer tu destino elegido. No solo contiene todo lo que necesitas saber para organizar tu visita. Posee algo más: las claves interiores, la sensibilidad, los secretos mejor guardados que solo los grandes escritores son capaces de desvelar desde la literatura.
En el turismo responsable Tintablanca tiene mucho que decir. Sus libros de viaje son todo lo contrario a una guía turística convencional. Sus páginas retratan el alma de las ciudades. Y a través de narrativas cuidadas e ilustraciones artísticas ofrecen una inmersión cultural que predispone al viajero a una experiencia más auténtica.
Una Tintablanca es un libro ilustrado, el regalo perfecto, definitivo, sostenible para antes, durante y después del viaje. En lugar de acumular objetos producidos en masa, Tintablanca es obra de arte que captura la esencia del lugar y cuya fabricación respeta escrupulosamente todos los principios que pontifica el turismo sostenible y ecológico.
El turismo responsable nos invita a ser más que simples espectadores. Nos anima a participar, a conectar, a dejar una huella positiva en los lugares que tenemos el privilegio de visitar. Este modo de entender el viaje no solo transforma nuestra mirada sino que contribuye a hacer mejor el destino elegido. Hagamos que cada viaje cuente, que cada escapada sea una experiencia más rica y memorable con nosotros y con los demás.