«Es posible que no haya en el mundo ciudad más conocida, aunque solo sea de oídas, que Venecia. Y con seguridad, de las más visitadas. No es un fenómeno moderno del turismo de masas, aunque esté a su cabeza. La avala una densa literatura de viaje, fruto de tantos y diversos viajeros que la han visitado: peregrinos camino de Tierra Santa, comerciantes, soldados, artistas de todo tipo, nobles y plebeyos... A todos fascinó esta ciudad singular nacida de entre las aguas y amenazada de ser devorada por ese mismo elemento. No cabe mayor poesía en un fenómeno de tal índole, alimentada por la leyenda y los hechos históricos». «La realidad es que bajo la natural belleza de esta Venus surgida del fondo del mar brilla un extraordinario artificio constructivo, arquitectónico e ingenieril que pervive hasta hoy. En su fragilidad delicuescente se esconde una soberbia resistencia a los embates de la naturaleza y de la historia. Si ya nació como refugio defensivo en la laguna frente al acoso continental, no tardó en defenderse de las mismas aguas, desviando los ríos que la amenazaban con sus sedimentos. Desde entonces el combate no ha cesado. Hoy enfrenta nuevas amenazas de inundaciones, del agua y del turismo, que se aceleran con el cambio climático y la acción humana y que precisan de nuevas respuestas». «Frente a los malos augurios, que nunca han cesado,Venecia ha sabido sobrevivir, aprovechándose incluso de los mismos. Se ha dicho y se ha escrito tanto, en positivo y en negativo, sobre la ciudad de los dux que el viajero se acerca prevenido contra la decepción que, por lo general, suele ocurrir con los sitios famosos».