La escritora y editora Raquel Bada ha elegido su ciudad natal tres veces: una para nacer, otra para vivir y esta última para escribirla. Valencia «es tierra de intentos, quizás sea por la tierra llana, sus calles libres de cuestas, los campos de arroz camino a La Albufera. Y el fuego, siempre a mano, para prender cualquier mal augurio, hacerle daño al miedo o darle un escarmiento». A un salto del Mediterráneo —su mar grande— y de la Albufera —su mar pequeño—, Valencia es una capital hecha de mitos: las Fallas, sus artistas, poetas y pintores, inventores de la luz; su patrimonio monumental, su arquitectura moderna y un íntimo orgullo ecológico resumido en sus jardines y en las orillas de un Turia que dejó hace años de ser un río. Y todo bajo la mirada artística de Rosa Fuster.
El agua dulce de la Albufera frente a la mar salada del Mediterráneo, su arquitectura popular, sus gentes, sus tradiciones; los momentos de la historia de Valencia en que dio la espalda al Mediterráneo y el momento en que se convenció de volver a mirarlo; la celebración de luz y ceniza que representan las Fallas, su ardor, su sonido, su aroma, su color; el color que Sorolla imprimió en sus telas, los adjetivos de los que Blasco Ibáñez echó mano para definir su ciudad, los versos de Estellés y la acidez de Chirbes y Vicent; los jardines, parques y espacios verdes que perfuman la ciudad, las orillas de un río desviado convertido hoy en signo de modernidad; la artesanía que define el carácter sereno, ilustrado y emprendedor de la valenciana y el valenciano; la larga relación de la ciudad con las artes gráficas, las librerías, el arte, la cultura, la poesía, la literatura; la ciudad y sus paseos, las calles, las plazas, los templos, los monumentos, los palacios, el patrimonio; Ciutat Vella y el barrio del Carmen, la síntesis del pasado y el modo en que la ciudad se ha multiplicado a sí misma, y, finalmente, el drama de las riadas, de las inundaciones, de la memoria del agua desbocada, el homenaje que la ciudad hace a sí misma en los momentos de dolor.
Los diez capítulos que conforman la Tintablanca «Valencia. Luz y ceniza» son una declaración de amor a la capital, el reconocimiento explícito a su historia, su patrimonio, su memoria, sus gentes y su belleza. Con una prosa adictiva, de una profunda belleza literaria, la narradora y editora Raquel Bada ha escrito uno de los mejores retratos de su ciudad natal de cuantos han sido publicados en los últimos años. Y lo hace en primera persona del singular, en un recorrido que comienza a orillas de la Albufera y que termina frente al drama de la riada del 29 de octubre de 2024. Entre medias, Raquel Bada recorre a pie la ciudad donde nació, sus barrios populares, sus monumentos icónicos, sus más contemporáneos signos de modernidad. La autora comparte con el lector su definición de Valencia, sus grandezas, fortalezas, deudas y debilidades; nos acompaña por su memoria artesanal, sus celebraciones más reconocidas, su incesante actividad cultural. Y, de fondo, una permanente presencia de las escritoras y escritores que han pregonado la ciudad desde hace siglos a esta parte.
Una Tintablanca es la suma de un relato y de un conjunto de ilustraciones originales, realizadas desde cero para este libro. La artista Rosa Fuster, una de las creadoras valencianas más premiadas y reconocidas internacionalmente, ha ilustrado un libro entelado con algodón orgánico y tintes naturales color tierra. En los papeles premium donde ha sido impreso, Rosa Fuster ha desplegado todo su aliento figurativo para retratar de todos los modos posibles la ciudad donde vive. El resultado son casi sesenta ilustraciones originales, realizadas únicamente para ilustrar esta Tintablanca, donde la artista que ha redefinido la pintura mural en el Levante ha multiplicado su ingenio a la hora de expresar el alma de la ciudad en el papel de este libro único.
| Título | Valencia. Luz y ceniza | |||
| Autores | Raquel Bada (escritora), Rosa Fuster (ilustradora) | |||
| Páginas | Libro en tapa dura encuadernado en tela de algodón orgánico teñido con tintes naturales. Tripas con 240 páginas de papel arte de 100 gramos, con páginas destinadas a la caligrafía con todo tipo de útiles de escritura. | |||
| Medidas | 205 x 130 mm | |||
| ISBN | 979-13-991230-1-2 | |||
| Primera edición |
|
|||
| Descripción | Raquel Bada y la artista Rosa Fuster recorren Valencia, la ciudad que inventó la luminosidad, escrita en tinta, piedra y fuego. |
«He querido mirar Valencia con ojos de regreso. Volver puede ser caminar por la Vía Augusta sin saberlo, reconocer en las piedras de la muralla lo que resistió al tiempo, o sentarse frente al marjal como si fuera la primera vez. Es cruzar el Turia —ese cauce que ya no es río— y sentir la ciudad, con todas sus capas de huellas romanas, árabes y cristianas.»