Tintablanca
París, la ciudad de la luz en el libro más apasionado
El escritor Use Lahoz y la artista Blanca Lacasa pasean la capital francesa en busca de la historia, la inspiración, el arte, la bohemia y el mito imperecedero

Tan visitada e incomprendida, la Torre Eiffel, símbolo universal de la capital francesa, no siempre fue tan querida. En la época no gustó en absoluto algo tan desmesurado y fabricado con hierro. Se temía un desplome. En un manifiesto en su contra se la tildó de ridícula, de negra y “gran chimenea de fábrica”. Se habló de los "monumentos humillados": Notre-Dame, la Sainte-Chapelle, la cúpula de los Inválidos o el Arco del Triunfo. Un agravio. Intelectuales y vecinos la rechazaron, e incluso se publicaron manifiestos en su contra. Sin embargo, en su inauguración, en 1889, se editaron 300.000 postales con su imagen. Las primeras de la historia. ¡Y el éxito de este soporte ligero continúa!

El Guernica se pintó en París, en el número 7 de la rue des Grands-Augustins, en un inmueble citado por Balzac en ‘La obra maestra desconocida’, en el que vivió Picasso con su musa y amante Dora Maar.

No se puede hablar de París sin citar a Victor Hugo y Los Miserables. Una de sus frases, "Errer est humain; flâner est parisien" (errar es humano, pasear es parisino), constituye toda una declaración de intenciones. París es también la ciudad que acogió los primeros pasos de escritores del boom latinoamericano. El periodista Gabriel García Márquez no podía pagar la pensión hasta que madame Lacroix, su casera y mecenas, se apiadó de él y le dejó vivir un año entero gratis. Así pudo crear El coronel no tiene quien le escriba. Vargas Llosa, aspirante a escritor, también recaló en París… Y en la generosidad de Lacroix.

Le Procope mantiene intacto su encanto y la leyenda de ser el café más antiguo de París. Fundado en 1686, Rousseau y Voltaire mantenían aquí acaloradas discusiones filosóficas. Diderot escribió en sus mesas su Encyclopédie, y Danton y Marat conspiraron tramas revolucionarias entre sus asientos aterciopelados.

¿Sabías que Winston Churchill era capaz de viajar a París solo para comprar queso? El lugar objeto de sus pasiones gourmets era Barthélémy, toda una institución hoy en día para los amantes de este alimento..

Ficha técnica
Título París
Autores Use Lahoz (Escritor), Blanca Lacasa (Ilustradora)
Número de páginas 240
Libro en tapa dura encuadernado en tela de algodón orgánico teñido con tintes naturales. Tripas con 224 páginas de papel arte de 100 gramos, ideal para caligrafías con todo tipo de útiles de escritura, más un cuardenillo de 16 páginas en papel extrablanco de 200 gramos para bocetos y dibujos, resistente a las técnicas pictóricas al agua.
Medidas 205 x 130 mm
ISBN 978-84-949894-0-7
Primera edición
Marzo de 2019 PVP 28,90€
Descripción

El narrador Use Lahoz y la artista Blanca Lacasa vuelven a París, la ciudad de sus amores y obsesiones, para mostrarla como jamás había sido narrada y dibujada

En términos de belleza arquitectónica París es una de las escenografías más impactantes de las que pueda disfrutar el ser humano. El peso de la historia gravita de un barrio a otro y demuestra hasta qué punto la arquitectura se adecúa a las necesidades de los habitantes y evoluciona con ellos. Por eso hay edificios, como la icónica torre Eiffel, el gran símbolo de la capital francesa, que fueron despreciados en su momento. Viajar enriquece la memoria, y quizás por eso, en este París brillan también las ausencias como lo hacen las vidrieras en la Sainte Chapelle, la calma en el museo Rodin, las luces en los bateaux mouches nocturnos que acarician las aguas del Sena o el tumulto en Bastille. En cualquier caso, lectura y paseo coinciden en desdeñar las prisas. Porque, como aseguran los autores de esta Tintablanca, cuando se camina lento los días son más largos. 

¿Qué contiene la Tintablanca de París?

El libro, un conjunto de pegatinas para personalizar la cubierta, un marcapáginas y una caja de regalo.

La opinión de los autores de la Tintablanca de París

“París es una ciudad en la que viví y la relaciono con años y momentos fundacionales en muchos aspectos. Es una ciudad muy generosa con la voluntad de conocimiento. Además, ha sido y es un rito de paso fundamental para varias generaciones de artistas y escritores”.

“Lo que más me fascina de ella es que siempre depara descubrimientos, por mucho que se vaya o por muchos años que vivas ahí. Nunca se acaba de conocer del todo y nunca se tiene la sensación de haberla abarcado o de tener suficiente. Y eso es algo que sucede en muy pocas ciudades”.