Tintablanca
Nueva York, la capital del mundo impresa en el libro más bello
El periodista Mariano López y el arquitecto Miguel Ángel Berges escriben y dibujan la capital del mundo, la ciudad siempre abierta, plural, apasionada y totalizadora

Nueva York no es capital del país, ni siquiera de su estado. Pero ello no le roba el título de capital del mundo. El ingeniero que diseñó el célebre puente colgante de hierro que une Manhattan con Brooklyn no llegó a ver la obra construida: John Augustus Roebling, emigrante de origen alemán, falleció cinco días después de que el proyecto se aprobara el 1 de junio de 1869. Le sustituyó su hijo. Curiosidades de la vida, enfermó y tuvo que controlar las obras con un telescopio desde su casa, mientras su esposa transmitía sus órdenes a pie de obra. Seis días después de que se inaugurara el puente de Brooklyn el 24 de mayo de 1883, tras 16 años de trabajo, una tragedia empañó el orgullo de la ciudad. Una mujer cayó por una de las escaleras y el miedo a que el puente se derrumbara provocó una estampida en la que murieron doce personas

La Estatua de la Libertad pudo haber sido símbolo de Egipto, y no de Nueva York. El escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi había diseñado una mujer vestida con una túnica y una antorcha en la mano para la inauguración del Canal de Suez, como símbolo de la luz de Egipto sobre Asia. La idea no gustó al virrey egipcio, pero sí al pensador Édouard Laboulaye, que la convirtió en símbolo de la luz de las libertades en Estados Unidos.

El asombroso skyline de Nueva York se empezó a construir a finales del siglo XIX gracias a la feliz suma de tres factores: la revolución en la industria del acero, la invención del ascensor y un subsuelo rocoso capaz de soportar toneladas de peso. Entre ellos, no podemos obviar la labor de los indios mohawks, de la reserva de Kahnawake, en Montreal (Canadá), esenciales para concluir la construcción del Empire State en poco más de un año: las "águilas de las alturas" no tenían vértigo debido a una mutación genética. El 1 de mayo de 1931 el Empire alcanzó, gracias a ellos, los 381 metros de altura y 102 pisos, 25 más que el Edificio Chrysler.

La meca del lujo y del consumo, la sofisticada y perfumada Quinta Avenida, nació para que los más ricos huyeran del ruido, las enfermedades y el olor pestilente del bajo Manhattan. No muy lejos, en Central Park, hay un secreto oculto en el pedestal del obelisco: una cápsula del tiempo que contiene una Biblia, un diccionario Webster, el censo de EE UU en 1870, las obras completas de Shakespeare, una guía de Egipto y un facsímil de la Declaración de Independencia de EEUU. Cuando se inauguró el monumento, acudieron más de 9.000 masones de todo el país al evento.

¿Sabías que el "arquitecto de Nueva York" era español? Así denominó The New York Times a Rafael Guastavino Moreno cuando murió. Él fue el inventor de unas bóvedas tabicadas prodigiosas ¡que resistían el fuego! Aún permanecen en lugares como el Oyster Bar, de la estación Grand Central. Cuando llegó a Nueva York en 1881, huyendo de un matrimonio infeliz, y acompañado por su hijo menor, su amante y las dos hijas de esta, Guastavino era pobre, no sabía inglés y no tenía título que avalara sus conocimientos de arquitectura. Su huella permanece en lugares como el Carnegie Hall, el metro de City Hall o el centro de acogida de emigrantes de Ellis Island.

¿Qué tienen que ver el Madison Square Garden y la Giralda de Sevilla? El actual Madison es heredero de tres espacios anteriores. Uno de ellos, situado al noreste de la plaza Madison Square, llegó a tener, gracias al arquitecto Stanford White, una estructura similar a la del Palacio de la Ópera de París… ¡Con una torre inspirada en la Giralda!

Ficha técnica
Título Nueva York
Autores Mariano López (Escritor), Miguel Ángel Berges (Ilustrador)
Número de páginas 240
Libro en tapa dura encuadernado en tela de algodón orgánico teñido con tintes naturales. Tripas con 224 páginas de papel arte de 100 gramos, ideal para caligrafías con todo tipo de útiles de escritura, más un cuardenillo de 16 páginas en papel extrablanco de 200 gramos para bocetos y dibujos, resistente a las técnicas pictóricas al agua.
Medidas 205 x 130 mm
ISBN 978-84-949894-1-4
Primera edición
Marzo de 2019 PVP 28,90€
Descripción

El periodista Mariano López y el arquitecto Miguel Ángel Berges viven Nueva York, capital del mundo, del arte, la modernidad y de todo cuanto está por llegar

Tomen buena nota porque esta es la capital del mundo. Y por eso conviene visitar Nueva York si es posible a menudo. Es una ciudad amable con el visitante, que estimula la fe en el progreso y en el género humano. Una ciudad llena de ciudades, de barrios que son urbes con su propia personalidad. Una ciudad cuajada de preciosas, fascinantes, historias. Como las que inician este libro que nace con sus mejores páginas en blanco, listas para acoger la más nueva, singular y apasionante mirada sobre Nueva York: tu viaje.

¿Qué contiene la Tintablanca de Nueva York?
El libro, un conjunto de pegatinas para personalizar la cubierta, un marcapáginas y una caja de regalo.

La opinión de los autores sobre la Tintablanca de Nueva York

“Nueva York es una ciudad única, construida con una extraordinaria suma de talento, energía, dinero y diversidad. Su historia, la historia de los lugares, símbolos, imágenes y sonidos que definen su identidad, está cuajada de preciosas, fascinantes historias que son las que he tratado de narrar en este libro. Historias divertidas, en su mayoría, que explican por qué los taxis son amarillos, cómo llegó a Central Park el monolito de Cleopatra, qué ocurrió con el arquitecto español de miles de edificios en Nueva York, cómo nació Times Square, qué pasó para que King Kong tuviera que volver al Empire State o por qué el jazz se extendió desde Harlem a toda la ciudad”.

“Es difícil no enamorarse de Nueva York. Las emociones se disparan nada más ver el perfil de Manhattan, su célebre skyline. Allí viven gran parte de nuestros mitos. Es el paisaje del mundo más ligado a nuestros héroes, a tantos sueños inspirados por el cine, la música o la televisión que se han quedado para siempre en nuestra memoria. En Lexington se paseó Marilyn, Batman nació en el Bronx, Duke Ellington reinó en Harlem, Harrison Ford vive junto al Hudson, la voz de Frank Sinatra aún puede escucharse en cada rincón. Es una ciudad amable con el visitante, que invita a pasear por calles y avenidas, en su mayor parte deslumbrantes ¿Cómo no enamorarse de Nueva York?”

“Cuando emprendo un viaje, busco encontrarme con un sueño largamente madurado. Durante años, he perseguido sobre todo los lugares vinculados a las aventuras que leí en mi infancia y en mi adolescencia. He viajado al Caribe de la Isla del Tesoro, al encuentro de las ballenas que admiraron a Melville, he navegado por el Amazonas, volado junto a la cima del Everest, recorrido casi palmo a palmo el Serengueti. Y adoro Nueva York, la ciudad de tantos y tan poderosos sueños”